En medio de la creciente preocupación por los aumentos en las tarifas eléctricas, Walter Mionis, un carnicero de la ciudad de Gualeguay, ha tomado una medida inusual para enfrentar los altos costos: atender su local comercial con las luces apagadas y solicitar a sus clientes que utilicen linternas para moverse dentro del establecimiento. "Recuerde: para ser atendido encienda su linterna. Debido al costo de la luz tuvimos que elegir: encender las heladeras o iluminar el local. Gracias por su comprensión", reza un cartel colocado en la entrada de la carnicería de Mionis. Según declaraciones del propio Mionis a un medio radial local, la decisión de operar en penumbra fue una respuesta directa al impacto económico que sufrió con la última factura de luz, la cual ascendió a la sorprendente suma de 980 mil pesos. "La situación está complicadísima", lamentó Mionis, reflejando la presión financiera que enfrenta como dueño de un negocio en medio de la crisis energética que afecta a muchos comerciantes en Argentina. Mionis también aprovechó la oportunidad para desmitificar la percepción de que los precios altos de la carne se traducen en ganancias desproporcionadas para los carniceros. Según sus palabras, su margen de ganancia es apenas del 15 al 20 por ciento por cada media res vendida. "Yo hago todo, el chacinado, el chorizo, la morcilla, el queso de chancho, matambre arrollado", detalló Mionis, destacando el esfuerzo y la diversificación de productos que realiza para mantener su negocio a flote en medio de las adversidades económicas. La situación de Mionis no es única, y refleja las dificultades que enfrentan muchos pequeños empresarios y comerciantes frente a los altos costos operativos en un contexto de inflación y tarifazos. Mientras tanto, sus clientes continúan acudiendo a su carnicería, linterna en mano, demostrando su apoyo y comprensión hacia esta peculiar pero necesaria medida de ahorro energético.